Quantcast
Channel: Y encima se llamaba Alabama » The Suburbs
Viewing all articles
Browse latest Browse all 4

El año que vivimos peligrosamente (II)

$
0
0

(por Ibán Manzano)

Continuemos recordando los grandes hitos de este año en el que aprendimos a vivir peligrosamente:

5) Tarkovsky. El estreno en 2002 de Solaris de Steven Soderbergh confirmaba que un blockbuster que publicitara el trasero de George Clooney no era exactamente la mejor forma de hacer justicia a Andrei Tarkovsky. Lo que nadie esperaba es que 8 años después en cambio sí lo fuera otro blockbuster de acción comandado por Leonardo DiCaprio. Inspirado  de manera oficiosa en el Paprika del malogrado Satoshi Kon (este, uno de los titulares más tristes que nos ha legado el año), el núcleo duro de Origen consistía en un tarkovskiano drama de ciencia-ficción (Solaris de nuevo, pero también Stalker) disimulado bajo el magma de un atrofiado megaespectáculo hollywodiense. También en Fringe, serie que cada temporada eleva el nivel de su excelencia, el aliento de Tarkovsky se ha dejado notar en cada uno de sus universos alternativos. Por ejemplo, y van spoilers, en ese padre desolado que invoca el reflejo de un hijo muerto o en el hijo muerto enamorándose de una mujer que no es sino mero simulacro de su amor verdadero.

6) Dos obras maestras de 2009… en 2010. Sins entido editó en nuestro país un año después de que viera la luz en el suyo Asterios Polyp, de igual manera que Norma puso punto y final a Pluto de Naoki Urasawa meses más tarde de que finalizara en Japón. Sobre la primera ya os hablamos aquí y sobre la segunda apuntar que se trata de otro trabajo inmortal de su creador, sólo inferior a Monster y 20th Century Boys en el sentido de que estas eran insuperables. Naoki Urasawa se atreve a enmendarle la plana al mismísimo Osamu Tezuka. El placer de leer un manga en el que el mayor artista vivo del medio canibaliza al padre fundador del mismo es difícil de condensar en palabras. Sobre todo porque Urasawa no se ha limitado a una simple revisión, ha interiorizado a Tezuka, poniendo todo su lápiz y trueno al servicio de la furia de Astroboy. En cualquier caso, tengo la impresión de que cualquier persona que llegue a su final le pasará lo mismo que a mí, llorará como un robot de I.A. superior.

7) Música del ayer para el mañana. Happiness de Hurts (la electrónica elegante según los anuncios de Spotify), algunas canciones de Surfing the void de The Klaxons o Halcyon Digest de Deerhunter se cuentan sin dificultad entre lo mejor de 2010. Aunque, por supuesto, la palma se la lleva Arcade Fire y su The Suburbs. Si por lo demás algo tienen en común todos estos discos es por su necesidad de poner música a los temas de siempre (el desencanto de la madurez en el caso de los canadienses) a través de sonidos de futuro. Arcade Fire llevó la apuesta más lejos que ninguno al proponernos un videoclip interactivo que aprovechaba las bondades del HTML para construir una épica individual al servicio de cada oyente. Luego están los casos de David Lynch o del Senior de Royksopp, ambos trabajos iluminan el camino por que el se desplazarán próximamente las nuevas tendencias sonoras. Directamente, son ciencia-ficción musical.

Y hasta aquí podemos leer. El resto de del 2010, en este enlace.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 4

Latest Images

Trending Articles





Latest Images